Antonioni, de 94 años, falleció el lunes a las 20 horas cuando aún el mundo del cine no terminaba de reponerse de la pérdida de Ingmar Bergman, otro gran solitario retratista de los problemas conyugales contemporáneos. La muerte de ambos -Bergman en su hogar en la Isla de Farö y Antonioni en su casa en Roma parece así sincronizada por una extraña mano omnipresente, capaz de borrar de un solo plumazo a dos nombres capitales del cine europeo del siglo XX. Así también se va otro más de los representantes de un tipo particular de arte del Viejo Continente, ligado al llamado cine arte.

Consagrado, admirado e imitado en varios puntos del planeta, Antonioni había sufrido en 1984 una grave paralisis que le impidio comunicarse verbalmente por un gran periodo.

Antonioni murió tranquilamente sentado en un sillón y su funeral se realizará mañana (Jueves) en Ferrara, su ciudad natal.

R.I.P.